Si has llegado a esta pregunta significa que te encuentras en un momento en el que eres consciente de tus pensamientos, es decir, logras así sea por algunos instantes, desapegarte de ellos y observarlos, lo que te permite reconocerlos.
Normalmente, las personas viven tan atrapadas en sus pensamientos, que no son conscientes de ellos, pues están totalmente identificadas con los mismos, es decir, no han entrado conscientemente en la dimensión de no pensamiento, por tanto no saben que existe y que más allá de un pensamiento negativo o positivo, existe el estado de no pensamiento.
Esa plena identificación con el pensamiento, hace que alimenten impulsivamente determinado pensamiento, que la mayoría de las veces es negativo, como si fueran un disco rayado, que repite una y otra vez lo mismo.
Los pensamientos están totalmente relacionados con nuestras emociones, así entramos en un círculo donde el pensamiento que alimentamos, alimenta a su vez una emoción. En el caso que estemos rumeando sobre un pensamiento negativo, consecuentemente, experimentaremos emociones negativas: rabia, odio, envidia, etc. Así mismo al sentir rabia, por ejemplo, surgen pensamientos como: no quiero sentirme así, quiero estar en paz, etc.
Cuando internamente estamos divididos, es decir, no aceptamos lo que estamos sintiendo en el momento presente, sino que queremos el momento futuro en el que ya ese sentimiento haya pasado, sucede que inmediatamente estamos negando el presente; y el presente es el único momento donde podemos tomar alguna acción, porque el futuro es totalmente incierto y si llega, en ese instante se habrá transformado en presente.
Así, la manera en la que logramos calmar un pensamiento negativo es primero ser conscientes de éste, observarlo, aceptar que está ahí. Aceptarlo no es resignarnos a él, es simplemente no negarlo, lo que inmediatamente nos lleva de la división que genera la resistencia, a experimentar el sentimiento de Unión.
Y es justo cuando no estamos divididos internamente, que entendemos el verdadero Amor, es decir, el sentimiento de unión se traduce en empatía hacia nosotros mismos, que es el primer paso hacia la Compasión, que es en otras palabras el propio Amor. En donde hay verdadero Amor hay entendimiento y sólo se llega a Él a través de la propia experiencia.
Cuando comenzamos a vibrar en la frecuencia más alta que es el mismo Amor, en ese instante, nuestra mente logra estar totalmente Presente, así pasa del estado de pensamiento al estado de no pensamiento en el que experimenta intensamente el Aquí y el Ahora: lo que está viendo a su alrededor, los sonidos que están surgiendo, los olores, su respiración, la brisa rozando su piel, sus pies acariciando la tierra. Vivir en el Presente le permite retornar al equilibrio, así experimenta el ser humano de nuevo la calma, que en otras palabras es paz interior, plenitud, Amor.
En conclusión, no hay como calmar un pensamiento negativo si no hay amor. En la palabra calmar ya está la respuesta: Amar.
De Corazón a Corazón
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